Guía MÁS FONDOS para la Planeación Financiera Personal

1. Ordena tus metas de acuerdo con su importancia.

Los objetivos de más largo plazo (como lo son el retiro o la educación superior de nuestros hijos) son los más importantes. Sin embargo, algunos de nosotros vemos tan lejanos estos sucesos que solemos relegarlos a segundo término, y desplazarlos por objetivos de más corto plazo, como puede ser la adquisición de bienes de consumo.

Es por ello recomendable que los jóvenes, desde que obtienen su primer empleo, deben ahorrar alrededor de una décima parte de su salario neto para su retiro, y conservar el 90% del mismo para su gasto corriente y demás objetivos de vida. Cuando esto se hace desde el principio, se torna una costumbre muy sana y poderosa.

2.

Determina el número de meses que necesitas para obtener cada una de tus metas.

La tarea es muy sencilla. Empieza con las metas más importantes (de más largo plazo) y sigue con el resto.

Para el retiro, por ejemplo, define a qué edad te gustaría hacerlo (entre los 60 y los 65 años). A esa edad resta tu edad actual para obtener el tiempo (en años) que te faltan. Este valor lo puedes multiplicar por 12 para obtener el número de meses. Realiza el mismo ejercicio para cada una de tus metas.

3.

Divide la cantidad monetaria que necesitas para obtener cada una de tus metas entre el número de meses que requieres para lograrlas.

Esto es un paso fundamental, y te dará la pauta para saber el monto, a valor presente, que debes ahorrar cada mes.

No debes olvidar en este punto que, sobre todo para las metas más importantes (mediano y largo plazo), los intereses que ganas con tus inversiones juegan un papel importantísimo, dado el efecto "bola de nieve" del interés compuesto.

Por ello, para saber con cierta exactitud cuál es el monto que deberemos ahorrar para llegar a cada una de nuestras metas, debes tener claro qué tasa real promedio esperas obtener de tus inversiones durante el tiempo en que las mantendrás.

4.

Determina la cantidad mensual que debes ahorrar para lograr cada una de tus metas.

Para las metas de corto plazo, es la cantidad obtenida en el punto anterior. Para las de más largo plazo, a partir de cinco años, es importante tener en mente la tasa de interés real que podemos obtener de nuestras inversiones, como ya mencionamos.

Las metas más importantes deben tener una prioridad máxima, y no deben ser pospuestas por objetivos menores. Es decir, si requieres comprar una televisión, es recomendable ahorrar tanto para tu retiro como para tu televisión.

5.

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